Hoy en día el panorama mundial lo marcan las dos grandes potencias internacionales: EEUU y China. Ambos países se caracterizan por dominar gran parte del consumo de lujo y del retail global. Son las locomotoras del lujo y marcan la tendencia sirviendo de continuo observatorio de los demás países. En el posicionamiento de estas marcas, además de la calidad del producto y su exclusividad, hay un nuevo factor determinante que coge cada día mayor protagonismo: Las redes sociales. Analizando las marcas que las lidera, observamos que son tres las que ganan la partida. Lo constata el último informe realizado por la compañía tecnológica Engagement Labs, que califica a las marcas de Lujo en EEUU.
Aunque hoy en día de las mejores publicidades que tienen las marcas de lujo son las redes sociales, también deben ser conscientes de hacer un uso racional de las mismas y no caer en el abuso masivo de los productos y del término lujo, pues podría convertirse a largo plazo en una amenaza para el sector. Estos productos requieren de un cuidado especial a la hora de su divulgación en los medios, sin perder de vista que lo realmente importante en la industria del lujo es el artículo en sí mismo. Por ello conviene enfatizar las características, la innovación, el diseño y la creación.
España es una referencia europea a nivel en el mercado de moda de lujo, siendo el quinto país en la Unión Europea en liderar las ventas por detrás de Francia, Italia, Alemania y Suiza. El perfil del consumidor de lujo en nuestro país es el de una persona que tiene entre 35 y 54 años. El 39 por ciento de ellos gana entre 100.000 y 300.000 euros al año, mientras el 35 por ciento tiene una renta que oscila entre 60.000 y 100.00 euros. El lujo no entiende de sexos. Entre sus clientes el 52,6 por ciento son hombres y el 47,4 por ciento son mujeres.
El nuevo lujo experiencial
Pero, ¿hacia dónde irá el lujo en los próximos años? Ese es el gran dilema. Las marcas y los retailers deben cuidar al máximo la palabra y no caer en el tópico del abuso desmedido. Actualmente estamos ya inmersos en un concepto y un modelo de lujo experiencial, en el cual las generaciones actuales se encuentran cómodas y en pleno auge en el disfrute del consumo de lujo de experiencias. Estas generaciones piensan en el disfrute exclusivo del momento. A su vez tres palabras clave son las que rodean su entorno: desear, poseer y disfrutar experiencias existenciales de lujo.
En definitiva, este nuevo lujo consiste en disfrutar de experiencias exclusivas, únicas e inaccesibles. Este mercado ha sabido adaptarse perfectamente a las nuevas tendencias de venta, y ofrecer al cliente, junto con el producto, las sensaciones que pueda percibir. Hacer sentirse a sus clientes únicos y poseedores de la exclusividad son algunas de las cualidades que han hecho despegar a este sector superando las barreras económicas que ha impuesto la crisis.
El nuevo lujo se relaciona con la calidad de vida, con una cultura y con la conexión a otras personas. Va más allá de lo tangible, y es que muchos de los que hoy son grandes consumidores del lujo comparten las palabras del Director Creativo Christophe Lemaire: “El lujo no es ostentación, es una sensación”. Los retos están ahí. Las marcas deben demostrar que sus productos valen su precio más allá de la imagen alrededor de ellos, y encontrar la forma de atraer a un público que prefiere las experiencias a las posesiones.
Deja un comentario